El teletrabajo se ha vuelto el escenario cotidiano para muchos. Pasar largas horas frente a la pantalla, aunque práctico, puede afectar la salud visual si no tomamos medidas adecuadas. Esa molestia que empieza como un leve picor en los ojos puede convertirse en una fatiga ocular persistente, alterando nuestra productividad y bienestar.
Sin embargo, con pequeños ajustes en tu entorno y hábitos diarios, es posible minimizar estos efectos. Veamos cómo puedes cuidar tu vista mientras trabajas desde casa:
1. Mantén una Distancia de Seguridad
Uno de los primeros errores que cometemos al trabajar frente al ordenador es estar demasiado cerca de la pantalla. Para cuidar tu vista, es esencial mantener una distancia adecuada. Lo ideal es que la pantalla esté a unos 50 o 70 centímetros de tus ojos.
Esta separación reduce el esfuerzo visual que tus ojos realizan para enfocar, permitiendo que trabajen de manera más relajada. Si te das cuenta de que te acercas instintivamente, quizás sea momento de reajustar la altura o la posición de tu silla. La comodidad no solo beneficia a tu espalda, también a tu visión.
2. Iluminación de la Pantalla
La iluminación es otro factor clave. Trabajar en un ambiente con luz inadecuada, ya sea muy intensa o demasiado tenue, obliga a tus ojos a un esfuerzo innecesario. Lo mismo sucede si el brillo de la pantalla es demasiado alto o bajo. Lo recomendable es ajustar tanto la luz ambiental como la del monitor, buscando siempre un equilibrio.
Una luz suave pero bien distribuida en la habitación, junto con un brillo de pantalla que no deslumbre, creará un entorno visual más cómodo. Si usas la pantalla por muchas horas, el modo nocturno o los filtros de luz azul pueden convertirse en grandes aliados.
3. La Temperatura del Ambiente
Aunque pueda parecer que la temperatura no tiene relación directa con la fatiga ocular, es sorprendente cómo el entorno influye en nuestro cuerpo. Un ambiente demasiado frío o seco puede causar que tus ojos se resequen rápidamente.
Si notas que el aire acondicionado o la calefacción te afectan, intenta mantener una temperatura agradable y constante. Además, un humidificador podría ser una excelente opción para equilibrar la humedad en el aire, lo cual ayudará a que tus ojos no sufran tanto mientras trabajas.
4. Parpadea con Frecuencia
Enfocar la mirada durante períodos prolongados provoca que, sin darnos cuenta, parpadeemos menos de lo habitual. Este pequeño detalle afecta más de lo que parece, ya que el parpadeo es el encargado de mantener los ojos lubricados.
Hacer un esfuerzo consciente por parpadear más seguido, sobre todo al estar frente a una pantalla, puede marcar una gran diferencia. Si te cuesta recordarlo, podrías programar pequeñas pausas en las que cierres los ojos por unos segundos o simplemente uses gotas humectantes para evitar la sequedad.
5. Descansa tus Ojos
La regla 20-20-20 es simple, pero efectiva. Consiste en mirar algo a 20 pies de distancia (aproximadamente 6 metros) durante 20 segundos, cada 20 minutos de trabajo. Este sencillo truco da un descanso necesario a los músculos oculares, ayudando a que se relajen y evites la sobrecarga visual.
Aunque pueda parecer una interrupción constante, estas breves pausas pueden mantener tu vista más descansada a lo largo del día, evitando que la fatiga ocular se acumule.
6. Duerme el Tiempo Necesario
La falta de sueño afecta de manera directa a nuestros ojos. Cuando no descansamos lo suficiente, nuestros ojos sufren las consecuencias: se vuelven más propensos a la irritación, a la sequedad y al cansancio. Dormir entre siete y ocho horas diarias permite que tus ojos se regeneren y estén listos para un nuevo día de trabajo.
No subestimes el poder reparador del sueño; es fundamental no solo para tu bienestar general, sino también para mantener la salud visual.
7. Una Dieta Equilibrada
La alimentación también juega un papel crucial en el cuidado de la vista. Consumir alimentos ricos en vitaminas A, C y E, así como en ácidos grasos omega-3, puede mejorar la salud ocular. Las zanahorias, las espinacas, el pescado y las nueces son algunos ejemplos de alimentos que deberías incluir en tu dieta diaria.
Mantenerte hidratado es igual de importante: el agua es vital para que tus ojos se mantengan correctamente lubricados. Una dieta balanceada no solo beneficia a tu organismo, también potencia tu visión.