Quitar manchas de grasa en la ropa puede resultar especialmente difícil. Ya sea una gota de aceite al cocinar o una salpicadura accidental durante una comida, estos restos grasos tienden a impregnar las fibras y dar la impresión de que son permanentes. Sin embargo, con los trucos y productos adecuados, es posible dejar las prendas impecables sin mucho esfuerzo.
Actúa rápido: cuanto antes, mejor
La clave para eliminar manchas de grasa es no dejar pasar el tiempo. Actuar apenas sucede el accidente es fundamental, ya que la grasa se adhiere y penetra en el tejido a medida que pasan los minutos.
Así, intenta tener a mano toallas de papel o servilletas absorbentes que ayuden a retirar el exceso sin frotar, para evitar que se extienda o se absorba más profundamente. Si te es posible, humedece un poco la mancha con agua tibia para facilitar la limpieza posterior. Este pequeño paso inicial hace una gran diferencia en el resultado final.
Usa polvos absorbentes: la solución rápida
Cuando se trata de quitar manchas de grasa, los polvos absorbentes como el talco, la maicena o la sal, son grandes aliados. Coloca una buena cantidad de alguno de estos productos sobre la mancha y déjalo actuar durante unos minutos. Estos polvos funcionan absorbiendo la grasa, lo que ayuda a reducir el residuo graso en el tejido.
Después de unos 15 minutos, retira el polvo con cuidado, preferiblemente con una cuchara o algo que no esparza los residuos, y verifica si es necesario repetir el proceso antes de pasar a la siguiente etapa de limpieza. Este truco funciona muy bien para manchas recientes y es una opción rápida cuando no tienes otros productos a mano.
Lava con jabón líquido de lavavajillas
El jabón líquido para platos es un excelente desengrasante, diseñado precisamente para descomponer aceites y grasas. Coloca una gota sobre la mancha y masajea suavemente con los dedos para que el jabón penetre en las fibras. Este producto es tan potente que basta con una pequeña cantidad para limpiar una zona específica.
Deja que el jabón actúe durante unos 10 minutos antes de enjuagar la prenda con agua tibia. Esto ayudará a que la grasa se desprenda mejor. Si ves que la mancha persiste, no dudes en repetir el proceso antes de lavar la prenda en su totalidad.
Prueba con bicarbonato y agua oxigenada
Para aquellas manchas que parecen no desaparecer, el bicarbonato de sodio combinado con agua oxigenada puede hacer maravillas. Esta mezcla se convierte en un agente de limpieza potente, capaz de quitar manchas de grasa en la ropa que estén ya secas o impregnadas en el tejido.
Mezcla una cucharada de bicarbonato con unas gotas de agua oxigenada hasta formar una pasta. Aplica esta pasta sobre la mancha y deja que actúe durante unos 30 minutos. Al cabo de ese tiempo, enjuaga bien y verifica si la mancha ha desaparecido. En la mayoría de los casos, esta técnica no solo quita la mancha, también refresca y suaviza el tejido.
Usa vinagre blanco para neutralizar
El vinagre blanco es una opción eficaz y natural para remover los residuos de grasa y evitar los malos olores. Coloca una pequeña cantidad de vinagre sobre la zona manchada y deja actuar por unos 10-15 minutos antes de enjuagar con agua tibia. Esto ayuda a neutralizar cualquier rastro que el jabón o el polvo absorbente no hayan podido eliminar.
Este paso es especialmente útil para telas que hayan absorbido grasa y tiendan a retener olor, como las de cocina o manteles. Después de usar el vinagre, procede a lavar la prenda normalmente para garantizar que la mancha y cualquier resto de olor desaparezcan.