Después de la sequía, el sector citrícola del centro de Tamaulipas se ha visto aliviado con las copiosas lluvias que se han presentado desde finales de junio hasta la fecha. Actualmente, se espera una producción de un 40 % más de la obtenida este año. Por lo tanto, se cosecharán 20 mil toneladas más de naranja Valencia en 2025.
“En el caso de la Valencia, son 40 mil toneladas. Esta variedad tiene más aguante en cuanto a las condiciones y no hay mucha plaga. Esta se cosechará hasta entrar en el año 2025 y aumentará un 40 %; en esto influyen las huertas.”
Estas buenas noticias también traen responsabilidades, pues ahora los productores locales tienen una tarea que cumplir: el cuidado y la cultura del agua.
La naturaleza puede nuevamente jugar un papel crítico en el desarrollo rural, por lo que la responsabilidad hídrica de los citricultores será un proyecto a cumplir. Según explicó Miguel Ángel Huerta, presidente de citricultores de la zona centro de Tamaulipas.
Las abundantes lluvias ayudaron a la recuperación de los mantos acuíferos y al llenado de presas, lo que será de gran utilidad en la floración del próximo año. Destacó que, en estos momentos, la citricultura está bien, pero se debe trabajar para prevenir.
“Afortunadamente, en estos meses ha habido lluvias. Estamos, de momento, bien y estamos procurando concientizar a nuestros agremiados con planes de trabajo en la mesa directiva, pues algunas huertas quedaron dañadas. Sin embargo, ahora que hay más agua y ya los mantos acuíferos se restablecieron, la presa de Santa Engracia ya se llenó, y en la próxima floración, en marzo o a finales de febrero, se espera una buena cosecha.”
Este año, el líder de los citricultores mencionó que aún no se verán los beneficios de las copiosas lluvias. La razón es que la probabilidad de obtener naranja Valencia será menor que el año pasado.
“Ahorita ya se empezó con la naranja temprana de octubre y noviembre, y con la variedad conocida como naranja ombligona. La cantidad de producción es mucho menor que el año pasado, ya que su floración fue en febrero-marzo, cuando no había agua; se estima que disminuirá un 30% de la producción normal.”
Por Jordan Espinosa