Ricardo Hernández Brussolo, subdirector de programas para una vida saludable de la Secretaría de Educación, informó que atendieron a 17 profesionales de la educación por trastornos emocionales en el estado de Tamaulipas.
Hernández destacó una estrategia particular implementada por la Secretaría: el centro de atención socioemocional, una novedad exclusiva de Tamaulipas.
“Es una iniciativa de la maestra Lucía Aimé Castillo Pastor que brinda precisamente atención a docentes, administrativos y personal de apoyo, y trabajadores de la educación del estado para problemas socioemocionales”.
Explicó que, debido a la estructura de las diferentes dependencias, en Educación se ofrecen primeros auxilios psicológicos y regulación de emociones. Además, existe un convenio con instituciones de salud autorizadas por la ley para atender trastornos mentales más severos.
Hasta ahora, se ha registrado la atención de 17 casos durante el ciclo 2024-2025. Afortunadamente, los resultados han sido positivos, con una reducción de los síntomas presentados y el regreso de los trabajadores a sus actividades cotidianas de manera regular.
Hernández puntualizó que tras la pandemia, las personas han tomado mayor conciencia sobre la importancia del cuidado de la salud mental y emocional. Mencionó que diversos factores han desencadenado estas situaciones, como enfrentamientos a problemas personales que afectan a maestros, maestras y personal de apoyo, impactando áreas sociales, individuales y laborales.
“A través de este cuidado que se está haciendo, lo que se procura es que el personal de la Secretaría de Educación pueda regular sus emociones y regresar a participar de sus actividades laborales de una manera óptima, pero, además, que tenga este apoyo de primeros auxilios de los que se pueden dar hasta cuatro sesiones vía telefónica”.
Hasta la fecha, solo un par de casos de trastornos emocionales han requerido canalizaciones específicas a instituciones de salud.
“El problema más frecuente que presenta el personal de la Secretaría De Educación es la ansiedad y el estrés”.
Por Lupita Domínguez González