El ambiente alrededor de los cruces fronterizos en Matamoros estuvo lleno de actividad caótica, se formaron extensas filas y el tráfico se volvió un embrollo, sin espacio para estacionar en las calles cercanas. Los comerciantes locales aprovechan para sacar provecho antes de la temporada navideña.
Los puentes internacionales próximos al centro de Matamoros y Brownsville mostraron la mayor afluencia en sus alrededores. El puente Ignacio Zaragoza —conocido popularmente como “los Tomates”— tuvo esperas de hasta tres horas, al igual que otros cruces. Aunque en este lugar no abundaron los vendedores ambulantes.
Quienes cruzaron los puentes mencionaron que, al menos por la mañana, había más de dos casetas de revisión migratoria norteamericana. Lo que sin duda facilitó el flujo hacia Brownsville. La mayoría de los vehículos en espera hacia el Valle del Sur de Texas llevan placas mexicanas; los residentes locales realizan compras o visitan a sus familiares. Las filas en los carriles peatonales también se extienden incluso antes de las casetas de pago de Capufe.
Se estima que una parte de quienes intentaron pasar los cruces fronterizos en Matamoros hoy son viajeros que buscan visitar a sus familiares en el Valle del Sur de Texas y otras ciudades cercanas.
Por Jorge Capetillo