Max Verstappen se quedó sin podio en el Gran Premio de España y, además, perdió los estribos. Lo que parecía una estrategia firme de Red Bull con tres paradas en pits, terminó en frustración para el neerlandés, que no pudo mantener ni el tercer lugar.
Todo comenzó a torcerse en la vuelta 47, cuando su equipo decidió montar neumáticos duros justo después de un Safety Car provocado por el abandono de Kimi Antonelli. Esa jugada terminó costándole caro.
Max Verstappen termina décimo en GP de España por penalización
El RB21 simplemente no respondió. En la reanudación de la carrera, Verstappen perdió tracción en la recta principal y fue ahí cuando Charles Leclerc, de Ferrari, aprovechó para superarlo y quedarse con el tercer sitio.
“Con los neumáticos duros simplemente no teníamos agarre, no nos quedaban neumáticos blandos porque hicimos tres paradas, así que eso es básicamente mala suerte, creo que hasta ese momento se veía bastante bien para nosotros, no teníamos el ritmo de los McLaren”, explicó.
“Con esas tres paradas todavía se veía bastante bien, poniéndolos al menos un poco bajo presión de una manera que tenían que empujar, pero sí, desafortunadamente ese coche de seguridad llegó en el momento equivocado, pero eso también es parte de las carreras”.
Como si eso no fuera suficiente, George Russell de Mercedes lo presionó a tal grado que Verstappen se salió de pista. Al reincorporarse por la escapatoria, los comisarios le ordenaron devolver la posición.
La respuesta del neerlandés fue explosiva. Tocó ligeramente al auto de Russell y, como era de esperarse, recibió una sanción de 10 segundos y tres puntos negativos en su superlicencia. Cayó hasta la décima posición.
Al final, el cuatro veces campeón dejó claro que no está para reconciliaciones.
“Bueno, traeré algunos pañuelos la próxima vez. No, no lo voy a ver más (Russell). No tengo nada que decirle. Y creo que en la vida no hay que arrepentirse de demasiadas cosas”.
Con todo y el tropiezo, Verstappen se mantiene tercero en el Campeonato de Pilotos con 137 puntos.