México enfrenta un serio problema en su sistema penitenciario, sobre todo en penales de máxima seguridad como el Altiplano, que ya opera al límite de su capacidad para 844 reclusos. Expertos advierten que esta situación representa un riesgo.
“Son una bomba de tiempo”, señalaron, al destacar la necesidad de construir más centros de alta seguridad o poner en marcha los que ya están terminados. Un ejemplo es el Cefereso de Papantla, en Veracruz, diseñado con tecnología de última generación para más de 2 mil internos, pero que aún no entra en operaciones.
Gerardo Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales y Ciencia Política en la UDLAP, subrayó:
“El Gobierno federal tiene que incrementar el presupuesto del sistema penitenciario y mejorar sus políticas”.
Agregó que es necesario contratar más personal y pagarles mejor, ya que suelen recibir los sueldos más bajos en las Secretarías de Seguridad estatales.
Durante su conferencia mañanera del día jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó el tema y afirmó que se analiza la construcción de nuevos penales. Todo ello, como parte de un plan integral de seguridad y reinserción social.
“Necesitamos también apoyar a los estados en fortalecer estos centros y se está valorando si se requieren más, pero es un proyecto integral que también tiene que ver con reinserción”, expresó.
Expertos advierten que México enfrenta problemas en sistema penitenciario
Rodríguez insistió en que debe vigilarse el uso de los recursos para evitar corrupción como la registrada en sexenios pasados. También advirtió que los recientes operativos contra generadores de violencia han provocado sobrepoblación.
“Sí es una bomba de tiempo”, dijo al reconocer que el sistema ya muestra signos de presión.
Recordó que la extradición de 55 mexicanos a EU ayudó a despresurizar el sistema. Además, coincidió con la declaración de Omar García Harfuch de que esas medidas fortalecen la seguridad en las cárceles.
Por su parte, el especialista en seguridad pública David Saucedo fue más crítico:
“En México, debido a la debilidad estructural que tiene nuestro sistema penitenciario, los penales de alta seguridad, al poco tiempo se convierten en cárceles de alta comodidad para los narcotraficantes de alto nivel”.
Saucedo consideró indispensable construir más cárceles que estén realmente blindadas contra la corrupción de los grupos criminales. Explicó que las actuales no cumplen su función de contener liderazgos criminales y urgió a diseñar prisiones capaces de impedir que personajes con poder sigan operando desde dentro.