Reynosa; Jaime Jiménez:
Después de más de treinta años sirviendo al prójimo sin pedir nada a cambio, hoy fue despedido con honores en el cuartel donde dedicó parte de su vida; descanse en paz Amel García Reyes (a) “Catancito”.
El cuerpo fue velado en la funeraria Espeñol, de donde partió el cortejo fúnebre hacia el cuartel de Bomberos.
El recorrido se realizó por el bulevar Miguel Hidalgo, tomando el bulevar Morelos, para posteriormente culminar en la estación de los tragahumos.
El cortejo fúnebre avanzó lentamente con el ulular de las sirenas, en honor a Don Amel.
El resguardo de la vialidad estuvo a cargo de personal de radio brigadistas voluntarios y oficiales de la Dirección de Tránsito y Vialidad, de Reynosa.
Al llegar a la corporación de Protección Civil y Bomberos, bajaron el ataúd con el cuerpo para después colocarlo en medio de la explanada de la corporación.
La guardia de honor fue montada por los efectivos de Protección Civil y Bomberos, quienes compartieron muchas aventuras con Amelito, como le decían de cariño.
Ahí fue despedido hacia su última morada, por sus familiares, amigos y compañeros de trabajo.
De acuerdo con la remembranza, el elemento ahora occiso, era nacido en Cadereyta de Jiménez, Nuevo León.
Prestaba sus servicios desde 1985 para la corporación de Protección Civil y Bomberos de esta ciudad.
Le apodaban el ‘catancito’ por su destreza para nadar, pues pertenecía al grupo de rescate acuático.
Pero, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica debilitó sus defensas, hasta llevarlo a mejor vida.