China / Redacción.-
China, una nación con una población que supera los 1.400 millones de habitantes, está experimentando un fenómeno peculiar: ciudades completas de edificios y casas vacías. Según un informe de Reuters, incluso la vasta población del país no sería suficiente para ocupar el número creciente de apartamentos deshabitados.
La Oficina Nacional de Estadísticas (BNE) indicó en agosto que la extensión total de viviendas vacías abarca 648 millones de metros cuadrados. Esto, según cálculos de la agencia de noticias, equivale a unos 7.2 millones de propiedades. Sin embargo, expertos en el sector sugieren que el número real podría rondar los 65 millones de unidades inmobiliarias desocupadas.
El origen de este fenómeno puede rastrearse hasta 2008. Tras una crisis financiera, el gobierno chino tomó la decisión de impulsar su sector inmobiliario, inyectando más de 1 billón de dólares en la industria de la construcción. Este financiamiento masivo desencadenó la edificación acelerada de infraestructuras, incluyendo aeropuertos, carreteras y viviendas, señala Marusia Musacchio, analista internacional.
El crecimiento inmobiliario también fue potenciado por facilidades crediticias. Musacchio, en conversación con Denise Maerker para el programa “Atando Cabos”, destacó que aproximadamente el 25% del Producto Interno Bruto (PIB) de China depende del sector inmobiliario.
No obstante, la bonanza del sector tuvo su declive en 2021. El gigante inmobiliario China Evergrande Group incumplió sus responsabilidades de deuda, causando alarma en el mercado. A esto se sumó la disminución en la demanda de viviendas y la saturación en infraestructuras como aeropuertos y trenes.
Las expectativas iniciales eran diferentes. “A principios de 2010 y 2011, se esperaba una migración masiva del campo a las ciudades que potenciaría la demanda inmobiliaria. Sin embargo, China ha evolucionado y se ha urbanizado. Aquello que debía comprarse, ya se adquirió”, reflexiona Musacchio.
A ello se suma un cambio en las tendencias de inversión de los ciudadanos. Ante bajos rendimientos en cuentas de ahorro, muchos optaban por invertir en bienes raíces. Esa tendencia ha decrecido con el tiempo.
En esta coyuntura, existen propiedades que, aunque ya vendidas, no están terminadas por problemas financieros, y otras adquiridas por especuladores que nunca las habitaron. Estas últimas, según Reuters, constituyen la mayoría de las viviendas vacías.
El resultado: ciudades que parecen sacadas de una película postapocalíptica. Videos en plataformas como TikTok han popularizado estas “ciudades fantasma”, mostrando calles desiertas y edificios vacíos.
Pekín es un claro ejemplo. Mansiones abandonadas que se planeaban como refugios de lujo ahora son usadas por campesinos locales para almacenar heno y cultivar tierras. Se esperaba que fueran 260 mansiones de alto estándar, pero como en otras ciudades como Thames Town en Shanghái o Kangbashi en Ordos, los proyectos quedaron a medio construir y deshabitados.
Esta situación, más allá de los datos y las cifras, refleja los desafíos y las consecuencias imprevistas de una economía en rápida transformación y de las decisiones políticas y financieras en una escala gigantesca.
Agencias / Vox Populi Noticias