A 36 grados de temperatura, con una sensación térmica de 41. Así votaron los mexicanos que acudieron al Consulado en Houston, Texas, donde como en el resto de Estados Unidos, se registró una fila para votar que parecía no tener fin.
“La humedad está invivible”, dijo Arturo Altamarino, mexicano que reside en San Antonio, Texas y quien, junto con su esposa, se desplazó a Houston para votar. Dallas y esta ciudad fueron las únicas dos en Texas en donde se habilitó el voto presencial.
Arturo y su esposa Cristina Mejía llegaron al Consulado a las 7:30 horas, y ya había 700 personas esperando. Pudieron votar hasta las 17:25, tiempo local.
“La gente sigue afuera queriendo votar”, dijo el mexicano a Grupo REFORMA.
A las 17:25, con el sol sobre sus cabezas, los electores seguían en la fila esperanzados de poder alcanzar alguna de las mil 500 boletas electrónicas para aquellos que no se registraron.
“Ya les dijeron que no van a alcanzar, pero no se quieren ir”, comentó Arturo.
En la fila se veía a las personas con sombrillas para cubrirse del potente sol. De acuerdo con Arturo, a lo largo del día pasaron personas en sus automóviles regalando botellas de agua, y luego la Policía de Houston.
“Aquí adentro (del Consulado) hay bebedero, o puedes ir a comprar agua si sigues afuera”, describió el mexicano.
“Pero hace como tres horas nos tocó ver a un señor mayor que se desmayó. Salieron los del Consulado a ayudarlo”.
Arturo atribuyó la lentitud en la votación a que sólo había tres personas del INE.
“Los del INE dicen que es porque no hay presupuesto. Eso es lo que nos dicen los voluntarios Exatecs (egresados del Tecnológico de Monterrey)… pues a los del INE ni los hemos visto”, dijo.
Pero, agregó, también influyó que los electores de la tercera edad no sabían cómo utilizar la boleta electrónica.
“Empezaron a pasar a muchos de la tercera edad hasta adelante, y como es en tableta el voto se tardan mil porque no saben qué onda”, apuntó.
“Una señora ya mayor estuvo más de 10 minutos sentada enfrente de la urna esperando hasta que alguien se le acercó a ayudar… lo cual tampoco es totalmente apropiado”.
A decir de este mexicano, mil 500 boletas electrónicas para aquellos votantes no registrados es muy poco, considerando que llegó gente no sólo de Houston, sino de San Antonio y Austin, entre otras ciudades texanas.
“Estamos trabajando desde hace más de tres días con pocas horas de sueño, con mucho trabajo, con mucho estrés y prácticamente poca comida”, dijo un hombre con un megáfono en mano que salió del Consulado para dar información a los votantes desesperados, algunos de los cuales llevaban la bandera de México y la playera de la Selección Mexicana.
“¡Hasta atrás! ¡A la fila!, ¡Cierren la puerta!”, gritaban algunos electores que denunciaban a quienes se querían meter.
A las 17:25 horas, a una hora y media del cierre, la gente en la fila aún esperaba votar.
“Yo creo que no dimensionaron”, dijo un hombre formado, evidentemente molesto por la lentitud del proceso.
“Había mil 500 boletas para los no registrados, no es posible que mil 500 personas no hayan podido votar en nueve horas”, cuestionó Cristina Mejía.