Doña Beatriz Adriana Salazar Castro, de 40 años de edad, dio a conocer que vive en las calles de la ciudad desde la pasada tormenta tropical Alberto, pues las fuertes ráfagas de viento y copiosas lluvias derribaron su vivienda.
“Desde las lluvias de Alberto, me estoy quedando a dormir afuera al Hospital Civil, porque allá en mi casa no se aguantan los zancudos, no tengo luz ni agua”.
Al vivir a orilla de la Sierra Madre, en la colonia, Simón Torres dijo no querer regresar a su hogar, pues no tenía nada de enseres como estufa, tanque de gas, ni una cama donde dormir, pues allá, aunque dormía bajo un techo, lo hacía en el piso arriba de unas cobijas.
“Yo vivía sola, esa casa es mía, yo tengo las escrituras, pero la verdad es que no tengo nada ni refri ni estufa ni cama, allá en unas cobijas, me dormía con la puerta cerrada, pero ahorita se meten los animales”.
Comentó que su trabajo diario es abrir las puertas en los Oxxo, donde recauda hasta 150 pesos, mismos que utiliza para comer diariamente, ya que no tiene ninguna otra fuente de empleo, ni algún familiar que le ofrezca alimento.
“Mi mamá vive a unas cuadras de mi casa, pero ella tampoco tiene que comer, siempre está batallando y no quiero ir a pedirle. Mejor me pongo a trabajar para hacer algo. Yo tengo dos hijos, pero el más grande ya vive aparte y la niña la tiene su papá, del que estoy separada desde hace ocho años”.
Doña Beatriz pide la ayuda ciudadana
Por tal situación y carencia económica, pidió a la ciudadanía un apoyo, pues le interesaría que le ayudaran con un poco de ropa, zapatos y algunos electrodomésticos o aparatos para la vida diaria como una estufa, refrigerador y la cama que desde hace ocho años no tiene.
“Cuando se fue mi exesposo con mi hija de 12 años, se llevaron todo porque solo teníamos una cama y él agarró la estufa al refri y me dejó solo el terreno, pero, pues yo no he podido trabajar para comprar las cosas que se necesitan, así que pido la ayuda de la gente”.
Quien desea ayudar a doña Beatriz, puede encontrarla en la Plaza del 15 estos días de la temporada vacacional de verano o bien por las noches en el Hospital Civil, pues ahí tiene días durmiendo.
“Yo llego como a las ocho de la noche al hospital, ahí me acurruco donde están los familiares de los enfermos, a veces llevan comida para la gente, los de las iglesias y alcanzo a cenar, pero cuando no hasta el otro día que junte algo de dinero vuelvo a probar un taco”.
Ciudad Victoria, Tamaulipas/ Jordan Espinosa.