El microblading es más que una simple tendencia estética; es una decisión que impacta directamente la apariencia de tu rostro, y como tal, requiere una reflexión profunda. Antes de lanzarse a la aventura de unas cejas perfectamente definidas, es crucial que conozcas a fondo lo que implica este procedimiento.
Microblading vs. Micropigmentación
En el mundo de los tratamientos para cejas, las confusiones abundan. Uno de los errores más comunes es creer que microblading y micropigmentación son intercambiables. A primera vista, la diferencia puede parecer irrelevante, pero nada más lejos de la realidad.
Mientras que el microblading se realiza manualmente con una herramienta que crea trazos ultrafinos, la micropigmentación emplea una máquina eléctrica que inyecta el pigmento a una mayor profundidad.
La micropigmentación puede resultar en un acabado más denso y duradero, mientras que el microblading apunta a un efecto más natural, casi imperceptible a simple vista.
¿Realmente no duele?
Si hay algo que escucharás constantemente es que el microblading no duele. Pero seamos honestos: lo que para unos puede ser una ligera molestia, para otros puede sentirse como un constante raspado sobre una piel sensible. Aunque se utiliza crema anestésica para adormecer la zona, la experiencia del dolor varía drásticamente de una persona a otra.
El microblading se realiza a nivel superficial de la piel, lo que reduce considerablemente las molestias en comparación con un tatuaje convencional. Aún así, las personas con umbrales de dolor bajos o piel muy sensible podrían notar cierta incomodidad que, aunque tolerable, no siempre pasa desapercibida.
Pigmentos: el corazón del microblading
Otro de los factores clave en el microblading son los pigmentos. A diferencia de las tintas que se usan en tatuajes, los pigmentos utilizados en microblading están diseñados para desvanecerse con el tiempo, lo que significa que no tendrás cejas permanentes.
Aunque esto puede sonar tranquilizador, hay un lado menos atractivo: el proceso de desvanecimiento puede ser desigual o provocar cambios en el color que no siempre se ven bien.
La duración del efecto
Una de las mayores ventajas del microblading es que no es permanente, lo cual, en teoría, es un alivio. Sin embargo, la duración del efecto no siempre es tan precisa como prometen.
Mientras que muchas personas disfrutan de cejas perfectamente definidas por hasta 18 meses, otras ven cómo el color se desvanece mucho más rápido, en menos de un año.
Esto depende en gran medida del tipo de piel. Las pieles grasas, por ejemplo, tienden a absorber el pigmento más rápidamente, lo que reduce la duración del efecto.