Si eres de los que le gusta la comida salada, quizás no te va a gustar mucho saber esto, pues aunque agregar una pizca de sal parece inofensivo, la realidad es otra. Recientemente, la OMS ha descubierto como afecta el consumo excesivo de sal y los resultados no son nada alentadores. Por eso, te vamos a contar las medidas que puedes tomar sin dejar de consumirla.
Más allá de producir hipertensión, ahora el consumo excesivo de sal representa un riesgo mayor a padecer cáncer, reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero ¿Cómo es posible que algo tan cotidiano se convierta en una amenaza mortal? Te contamos todo lo que necesitas saber y como tener un consumo de sal moderado.
¿Cuál es el condimento que la OMS considera potencialmente cancerígeno?
La OMS ha advertido sobre el impacto del consumo excesivo de sal, y estas son las principales razones por las que este condimento, presente en todas las cocinas, podría ser perjudicial para la salud:
- Afecta las células del estómago: si consumes mucho sodio puedes dañar las mucosas gástricas, lo que causa inflamación y aumenta el riesgo de cáncer gástrico.
- Potencia los efectos de sustancias dañinas: tener una dieta alta en sal ayuda a la acción de los agentes cancerígenos que se encuentran presentes en alimentos procesados.
- Deshidrata el cuerpo sin que lo notes: cuando consumes demasiada sal, el cuerpo empieza a retener líquidos, lo que afecta tus riñones y otros órganos vitales.
- Provoca adicción sin darnos cuenta: te vuelves adicto a la sal mientras más la consumes, ya que tu paladar se acostumbra a ella.
- Está en más alimentos de los que imaginas: si comes panes, embutidos y hasta algunos cereales, también contienen exceso de sodio.
El riesgo oculto en tu cocina que podrías estar ignorando
El problema no es la sal como tal, sino el consumo excesivo de sal que son los que te ponen en riesgo, de acuerdo a estudios recientes. Esto porque aumenta la presión arterial y también puede crear un ambiente para el desarrollo de células cancerígenas, sobre todo en el estómago. Pero esto no quiere decir que tienes que eliminarla por completo de tu dieta, sino que debes hacer un consumo adecuado a tus necesidades.
Lo realmente preocupante, es que muchas veces no somos conscientes de la cantidad de sodio que comemos. Ya que muchos de estos se encuentran en caldos, salsas, snacks y embutidos, en los cuales no nos imaginamos que pueden tener un alto nivel de sal. Por ello, es importante que aprendas como puedes reducir su consumo y empezarás a notar la diferencia en tu organismo.
Cómo reducir el consumo de este condimento sin perder el sabor
Eliminar la sal parece una misión imposible. Nos hemos acostumbrado tanto a su presencia que la idea de comer sin ella nos suena a castigo. Pero reducir el consumo excesivo de sal no significa renunciar al sabor, sino aprender a potenciarlo con alternativas más saludables.
- Juega con especias naturales: Ajo, pimienta, orégano, tomillo o cúrcuma pueden dar un toque increíble a tus platillos sin necesidad de recurrir a la sal.
- Aprovecha el sabor de los cítricos: Unas gotas de limón o naranja pueden realzar el gusto de los alimentos sin necesidad de agregar sodio extra.
- Cocina con ingredientes frescos: Los productos procesados contienen cantidades elevadas de sodio. Apostar por lo natural es la mejor forma de reducir su consumo.
- Evita el salero en la mesa: Si lo tienes a la mano, es más fácil caer en la tentación de usarlo sin necesidad.
- Prueba nuevas técnicas de cocción: Asar, hornear o cocinar al vapor potencia los sabores sin necesidad de agregar más condimento.
El cambio no tiene que ser radical, sino progresivo. Pequeñas decisiones diarias pueden hacer una gran diferencia en tu bienestar.
Mitos y realidades sobre los condimentos y su impacto en la salud
Al hablar de salud, siempre surgen mitos. Algunos creen que la sal marina es más sana que la refinada, que el sodio es imprescindible o que eliminar la sal por completo puede causar más daño que beneficio. La realidad es que el consumo excesivo de sal sigue siendo un problema de salud pública. La OMS recomienda no superar los 5 gramos al día, pero la mayoría de las personas triplica esa cantidad sin darse cuenta.
Otro mito común es que solo las personas con hipertensión deben preocuparse por la sal. Sin embargo, afecta a todos, aumentando el riesgo de enfermedades renales, cardiovasculares y, como se ha investigado recientemente, cáncer gástrico.
No se trata de eliminarla por completo, sino de consumirla con moderación. Entender lo que realmente afecta nuestra salud nos permite tomar decisiones informadas y responsables sobre lo que ponemos en nuestro plato cada día.