TE PUEDEINTERESAR
Como medidad de protección digital, los diputados locales presentaron una reforma al Código Penal para ampliar la Ley Olimpia en Tamaulipas e incluir como delito el uso de la inteligencia artificial (IA). Por lo mismo, la iniciativa fue presentada por el diputado local Alberto Moctezuma Castillo, quien resaltó que esta reforma responde a los avances tecnológicos:
“Que ha traído consigo desarrollo inédito en la protección de la privacidad, y la inteligencia artificial puede ser empleada para generar, manipular o difundir contenido íntimo sin consentimiento”.
Asimismo, Moctezuma subrayó la relevancia de esta medida en la protección de los derechos ciudadanos y el fortalecimiento del marco legal en materia de seguridad:
“Se propone reformar el Código Penal para homologarlo con la legislación Federal en el marco de la ley Olimpia, con el fin de incorporar el uso de la inteligencia artificial con un elemento relacionado con el delito de violencia contra la intimidad”.
Moctezuma Castillo enfatizó que no debemos tolerar la violencia digital y que esta reforma refuerza la protección de la intimidad y la dignidad de todas las personas.
La Ley Olimpia en Tamaulipas —aprobada el 22 de octubre de 2022 por la anterior legislatura— ya sanciona la difusión no consentida de imágenes y contenido íntimo. En este marco, Moctezuma propone añadir el delito de “Suplantación y falsificación de la imagen personal”, dirigido a quienes usen inteligencia artificial para manipular imágenes.
Asimismo, la reforma incluye una adición al artículo 318 del Código Penal del Estado, estableciendo penas de 4 a 8 años de prisión. Así como multas de mil a tres mil veces el valor diario de la unidad de Medida y Actualización.
Por su parte, Moctezuma destacó que esta reforma busca frenar el uso de la IA para dañar la reputación de las personas. Especialmente en casos de venganza, como ha ocurrido en varias ocasiones. Las comisiones aprobaron la iniciativa por unanimidad y los diputados respaldan su aprobación en el pleno del Congreso.
Por Enrique Jonguitud Blanco
