El arranque de las campañas para la elección judicial en Tamaulipas ha comenzado, pero la sorpresa es que casi nadie lo ha notado. Desde este domingo 30 de marzo, los candidatos al Poder Judicial de la entidad tienen 60 días para presentar sus propuestas. Pero la falta de visibilidad está marcando el comienzo de este proceso.
Son 334 los aspirantes, en total, a ocupar cargos como magistrados y jueces en distintas instancias. Como las magistraturas del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, el Tribunal de Disciplina Judicial, las magistraturas supernumerarias, las regionales y los jueces de primera instancia y menores. Pero, a pesar de la gran cantidad de candidatos, el tema apenas empieza a levantar polvo.
Campañas judiciales en Tamaulipas: 334 candidatos al Poder Judicial competirán sin financiamiento público
Uno de los principales obstáculos en estas campañas para la elección judicial en Tamaulipas, es que no pueden pagar publicidad. Las reglas son claras, los candidatos no tienen permiso para comprar espacios publicitarios. Lo que hace que sus campañas dependan completamente de sus recursos personales. Además, no cuentan con financiamiento público ni privado, por lo que todo lo que se diga o haga, debe salir de su bolsillo.
Algunos candidatos han logrado mover un poco las aguas, a pesar de las limitaciones. Aprovechando las plataformas gratuitas del Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM). En estas plataformas, los aspirantes pueden compartir información sobre sus estudios, trayectoria y, por supuesto, sus promesas de campañas para la elección judicial en Tamaulipas.
La opción de mayor relevancia es la página de Conóceles Mosaico de Difusión. Donde los aspirantes pueden presentarse sin que les cueste un solo peso. Además, este espacio se actualiza cada semana, lo que les permite mantener frescas sus propuestas.
Lo interesante de estas plataformas es que, al ser gratuitas, los anuncios no se contabilizan como gastos de campañas para la elección judicial en Tamaulipas. Lo que da un respiro a los aspirantes en este proceso tan peculiar.
Por Enrique Jonguitud Blanco