La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado urgente a detener la violencia y la muerte que golpean al país. La exigencia llegó luego del asesinato de ocho jóvenes —algunos de ellos integrantes de la pastoral juvenil— en el atrio de la parroquia San José de Mendoza, en Salamanca, Guanajuato.
En un comunicado, los obispos manifestaron su indignación por este crimen múltiple y llamaron a toda la sociedad, Incluyendo autoridades de todos los niveles, empresarios, jueces y ciudadanos, a asumir su responsabilidad en la construcción de la paz.
“La delincuencia presume impunidad, manifiesta desprecio por la vida y hace imperar la inseguridad en nuestros espacios vitales comunitarios; esta realidad hiere el corazón de todos los mexicanos, nadie puede sentirse fuera de ella. Es momento de unirnos y asumir cada uno nuestro compromiso por la paz en nuestro país”, señalaron.
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¿Por qué la CEM exige detener la violencia y muerte en el país?
Los obispos también expresaron preocupación por el impacto de la violencia en la juventud mexicana. Por ello urgieron a dejar de lado los intereses personales o de grupo para trabajar en favor de un país más seguro y justo.
“Por ello, los obispos de México hacemos un llamado a todos los ciudadanos, a las autoridades en sus tres niveles: municipal, estatal y federal, a los jueces, magistrados y ministros, a los legisladores, a la sociedad civil organizada, a los empresarios, comunicadores y a todas las comunidades que persiguen la construcción del bien común, para asumir cada uno nuestra responsabilidad con valentía y compromiso por México. Basta ya de intereses personales o partidistas, formemos un frente común, vivamos la solidaridad que tantas veces nos ha caracterizado ante las tragedias que enfrentamos, y combatamos la delincuencia y la falta de justicia que hace sangrar nuestra patria y trunca el sueño de miles de jóvenes”, expresaron.
Este llamado se suma a otros anteriores en los que la Iglesia católica ha denunciado hechos de violencia contra su comunidad.
Hasta ahora, no hay información oficial sobre avances en la investigación. En octubre del año pasado, sujetos armados asesinaron al sacerdote Marcelo Pérez a pocos metros de su iglesia en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, luego de que ofició misa.
Otro caso que sigue presente ocurrió en junio de 2022, cuando dos sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, fueron asesinados dentro del templo de Cerocahui, en la sierra Tarahumara, por un jefe del crimen organizado. Ambos llevaban décadas trabajando en esa comunidad.
Los obispos de México insisten: es momento de unirse y actuar, antes de que más vidas se pierdan en medio de la violencia y la impunidad.