Ser taxista en Acapulco se ha convertido en una labor de alto riesgo. En lo que va del año, 25 taxistas y dos conductores de Urvan han sido asesinados a balazos, además de que cuatro unidades han sido incendiadas en distintos puntos del puerto.
Transportistas locales revelan que para seguir operando deben pagar cuotas a grupos del crimen organizado que controlan las zonas de ruta. Si se niegan, corren el riesgo de que sus vehículos sean quemados, sean secuestrados o incluso asesinados.
El crimen organizado controla el transporte público en Acapulco
Esta ola de violencia ha provocado la suspensión del servicio de transporte en las zonas poniente y oriente de la ciudad. Ante esto, la Guardia Nacional retomará operativos de resguardo. Tan solo en la última semana, rutas como Centro-Pie de la Cuesta, Centro-Pedregoso, Centro-San Isidro y Centro-Jardín Palma suspendieron el servicio en dos ocasiones.
En colonias como Emiliano Zapata, Ciudad Renacimiento. Simón Bolívar y Unidad Habitacional Casas Palenque, donde, según autoridades, opera el grupo criminal “Los Rusos”, han sido asesinados al menos 10 taxistas. Mientras tanto, en el centro y la zona poniente, donde también actúan “Los Rusos” y su rival, el Cártel Independiente de Acapulco, se reportan 14 taxistas y dos choferes de Urvan ejecutados. El dolor y la desconfianza entre los familiares de las víctimas crece.
La violencia en el sector transporte se refleja en casos como el del pasado 31 de marzo, cuando un hombre armado bajó de un taxi en la calle Aquiles Serdán, en el Centro de Acapulco, para disparar a quemarropa contra un conductor adulto mayor que esperaba cerca de un sitio de taxis. Tras el ataque, el agresor huyó en el mismo taxi.