Las tensiones entre India y Pakistán volvieron a escalar este fin de semana. Luego de un ataque del Ministerio de Defensa de India en la disputada región de Cachemira, el ejército paquistaní respondió anunciando una ofensiva militar de represalia.
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El gobierno de Pakistán confirmó que inició la llamada “Operación Bunyanun Marsoos”, que según un versículo del Corán, significa “muro inquebrantable”. El ataque comenzó la madrugada del sábado 10 de mayo, y de acuerdo con autoridades militares, tiene como objetivo varios puntos estratégicos en territorio indio.
La ofensiva deja civiles muertos y genera alarma internacional
Según los primeros reportes, el ejército de Pakistán señaló que uno de los propósitos de esta operación es interrumpir la conectividad militar india, tras acusar al país vecino de causar la muerte de alrededor de 50 civiles al atacar una base militar.
Esta nueva escalada de violencia ha encendido las alarmas en la comunidad internacional, especialmente por el hecho de que ambos países cuentan con armas nucleares. Organismos y gobiernos temen que el conflicto pase de los bombardeos a una confrontación mucho más grave.
El G7 exige moderación y diálogo inmediato
Ante el riesgo creciente, los países miembros del G7 —Italia, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos— emitieron un comunicado conjunto para pedir una desescalada inmediata.
“La continuación de la escalada militar supone una seria amenaza para la estabilidad regional”, afirmaron en el mensaje.
El grupo también llamó a ambas naciones a dialogar directamente y encontrar una solución pacífica al conflicto que lleva más de dos décadas latente.