Las juventudes mexicanas, de entre 12 y 29 años, siguen enfrentando barreras importantes en salud, educación e ingreso, de acuerdo con el “Informe de Desarrollo Humano de las Juventudes en México: Retos y Caminos hacia un Futuro Inclusivo”.
Uno de los focos más urgentes es la salud. El estudio señala que aún persisten problemas como el embarazo adolescente, la violencia feminicida y los homicidios. Por ejemplo, en Chiapas y Zacatecas se registran más de 70 nacimientos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años. Además, Colima y Zacatecas figuran como los estados con mayores rezagos en salud debido a la constante exposición de los jóvenes a contextos violentos.
En contraste, la Ciudad de México destaca con un subíndice de salud “muy alto”. Esto, gracias a su baja tasa de fecundidad adolescente y una de las esperanzas de vida más altas del país.
El panorama educativo también presenta desafíos. Aunque se han incrementado los años promedio de escolaridad. El acceso a niveles medio superior y superior sigue siendo limitado. Sobre todo en entidades como Chiapas y Oaxaca, donde el promedio apenas supera los 9 años. En comparación, la Ciudad de México y Sinaloa alcanzan los 11.2 años.
“Esto representa una brecha de casi dos años comparado con las entidades con mayores logros, Ciudad de México y Sinaloa con 11.2 años de escolaridad promedio en ambos casos”, se indica a través de un comunicado.
Otro factor que profundiza estas desigualdades es la brecha digital. La falta de acceso a tecnologías limita tanto las oportunidades de educación como las laborales.
Barreras limitan a juventudes mexicanas en todo el País
En cuanto al ingreso, muchos jóvenes enfrentan empleos informales, bajos salarios y una limitada protección social. Esto les impide lograr una verdadera autonomía económica. Mientras que en estados como Nuevo León y Coahuila la informalidad juvenil es menor al 36 por ciento, en Guerrero y Oaxaca supera el 85 por ciento.
Este informe fue presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en la sede de las Naciones Unidas en la Ciudad de México.
Se trata de una herramienta que permite medir el desarrollo juvenil en las 32 entidades del País a través del Índice de Desarrollo Humano de las Juventudes (IDH-J). Así, ofreciendo un diagnóstico territorial de las desigualdades que viven los jóvenes.
“El IDH-J es un llamado a la acción colectiva y coordinada para trabajar por, con y desde las juventudes”, afirmó Alanna Armitage, representante de UNFPA en México durante la apertura del evento.
Por su parte, Lorenzo Jiménez de Luis, del PNUD en México, destacó la importancia de actuar ya para evitar que millones de jóvenes vivan en pobreza.
“Representan el presente de México o el futuro de su desarrollo. Si no se hacen bien las cosas, lo más probable es que la mitad de esas 40 millones de personas pasen a engrosar las filas de la pobreza”, comentó.
En la presentación también participaron representantes del IMJUVE, CONAPO, el Organismo Internacional de Juventudes para Iberoamérica y la Red de Juventudes Afromexicanas. Todos coincidieron en la urgencia de construir un camino más justo e inclusivo para las nuevas generaciones.