El Código Europeo Contra el Cáncer destacan que hasta un 18 por ciento de los casos de cáncer podrían prevenirse mediante la combinación de actividad física regular y una alimentación saludable. Pero, aquí ahondaremos un poco más en este aspecto.
Descubriendo la Relación entre la Mala Alimentación y el Riesgo de Cáncer
Mientras los beneficios de una dieta equilibrada son bien conocidos, una investigación reciente publicada en la revista Cell revela una nueva conexión entre la mala alimentación y el riesgo de cáncer. Incluso, un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), se enfocó en estudiar a pacientes con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovario debido a una copia defectuosa del gen del cáncer (BRCA2).
Su análisis reveló una sensibilidad aumentada de las células a una sustancia química llamada metilglioxal, la cual es producida por el organismo al descomponer la glucosa para obtener energía.
El Papel de la Sustancia Metilglioxal en el Desarrollo del Cáncer
Esta sustancia, el metilglioxal, puede causar daños en el ADN, lo que podría ser un indicador temprano del desarrollo del cáncer. Además, según Venkitaraman, quien dirigió el estudio, el cáncer surge de la interacción entre nuestros genes y factores ambientales como la dieta, el ejercicio y la contaminación. Sin embargo, aún no entendían completamente cómo estos factores aumentan el riesgo de cáncer.
Pero, es crucial comprender esta conexión para tomar medidas preventivas que promuevan la salud a largo plazo.
Explorando el Vínculo entre la Alimentación, la Diabetes y el Riesgo de Cáncer
El estudio también investigó si los pacientes sin la copia defectuosa de BRCA, pero con niveles elevados de metilglioxal, como aquellos con diabetes o prediabetes, tenían un mayor riesgo de cáncer debido a su dieta y estilo de vida. De hecho, según Venkitaraman, la investigación sugiere que los pacientes con altos niveles de metilglioxal pueden tener un mayor riesgo de cáncer.
Esta sustancia puede detectarse fácilmente mediante análisis de sangre para HbA1C, lo que podría servir como un marcador potencial. Además, los niveles elevados de metilglioxal suelen ser controlables con medicamentos y una dieta adecuada, lo que abre la puerta a medidas proactivas para prevenir el cáncer.
Por otro lado, el Dr. Li Ren Kong, quien participó en el estudio, y señala que, aunque comenzaron investigando los factores de riesgo en familias con predisposición al cáncer, descubrieron un mecanismo más profundo que vincula la dieta y el control del peso con el desarrollo del cáncer. Estos hallazgos subrayan la importancia de la conciencia sobre la dieta y el control del peso en la gestión del riesgo de cáncer.