Las emociones son una parte esencial de tu vida. Afectan cada decisión que tomas, todas tus relaciones y tu percepción general del bienestar. Sin embargo, lo más importante es cómo manejas estas emociones negativas. Los especialistas coinciden en que comprender y regular tus emociones puede llevarte a vivir de manera más satisfactoria y equilibrada.
Últimamente, la psicología ha profundizado en cómo tus emociones influyen en tu vida cotidiana. Y la conclusión es evidente: ver las emociones negativas como aliadas —en lugar de enemigos— mejora considerablemente tu calidad de vida.
El psicólogo James J. Gross —de la Universidad de Stanford— ha señalado que los profesionales de su campo están inquietos por cómo la ansiedad, depresión y el estrés se han amplificado desde la pandemia.
Cambiando la perspectiva
Entre las tácticas de regulación emocional, la reevaluación cognitiva —o cambio de perspectiva— se destaca como una técnica eficaz. Con ella, la idea es reinterpretar toda situación para alterar su impacto emocional. Imagina que recibes una mala calificación, puedes verlo como una oportunidad para mejorar con más estudio en el futuro. Este cambio de perspectiva puede evitar sentimientos de tristeza y frustración.
La importancia de aceptar las emociones negativas sin juzgar
Aceptar las emociones sin juzgarlas es otro enfoque valioso. La psicóloga Brett Q. Ford, de la Universidad de Toronto, descubrió que consentir las emociones negativas puede mejorar tu salud mental.
Se llevó a cabo un estudio donde los participantes tuvieron que llevar un registro en un diario durante catorce días, reflexionando sobre los eventos más estresantes del día y sus reacciones. Seis meses después, aquellos que consintieron sus emociones se mostraron menos depresivos o ansiosos.
Utilidad de las emociones negativas
No todas las emociones negativas son dañinas. Maya Tamir —psicóloga— demostró que la ira puede ser útil en ciertos contextos —como en una negociación hostil—. Reconocer la funcionalidad de las emociones negativas puede ayudarte a utilizarlas de manera constructiva.
Por otro lado, es evidente que el contexto cultural también influye en cómo interpretas —y gestionas— tus emociones. En algunos países, se valora que te expreses auténticamente —incluso negativamente—, mientras que en otros, se prioriza la armonía social y se considera perturbador expresar emociones negativas.
Además, tus creencias sobre las emociones afectan tus relaciones cercanas. Angela M. Smith —de la Universidad de Toronto— descubrió que las personas que comprenden las emociones tienden a ser más comprensivas y solidarias con aquellos que sufren de depresión. Esta empatía puede mejorar notablemente la calidad de tus interacciones y relaciones.
Aceptar y gestionar adecuadamente tus sentimientos es vital para que tu calidad de vida mejore. De acuerdo con el psicólogo Manuel González, de la Universidad Estatal de Montclair, tus creencias sobre las emociones influyen en cómo las manejas y cómo se manifiestan en tus relaciones —desde la familia hasta el trabajo—.
Al aprender a ver tus emociones negativas como aliadas —y no como enemigas—, puedes desarrollar una vida más equilibrada y plena. La clave está en aceptar, reinterpretar y utilizar tus emociones de manera constructiva; recordando siempre que cada emoción tiene su propósito y su valor.