Gabriel Soto se abrió sobre su relación con su expareja, Irina Baeva, tras los rumores de una posible reconciliación que surgieron después de que fueran vistos juntos en una fiesta privada de Televisa.
A pesar de su ruptura sentimental, el actor aseguró que mantienen una relación en buenos términos. No obstante, admitió que las próximas celebraciones navideñas se complicarán para él, ya que la artista rusa no estará a su lado.
Gabriel Soto habla sobre su relación actual con Irina Baeva
Durante una entrevista con medios de comunicación, Gabriel Soto decidió abrir su corazón y hablar acerca de la actriz.
“Ahorita somos amigos, quedamos como buenos amigos que es lo importante. La verdad es que te digo, después de una relación tan, tan, tan fuerte, de tanto amor, de tantos años, pues está padre quedar como buenos amigos”, comentó Soto a la prensa en el Aeropuerto de la Ciudad de México.
Además, añadió: “Y pues no sabemos qué puede pasar el día de mañana. Es una persona que quiero muchísimo, que siempre voy a querer, que siempre voy a respetar y que siempre le voy a desear lo mejor”.
Al ser cuestionado sobre cómo celebrará estas fechas decembrinas, Gabriel no ocultó su emoción: “Ya ni me digas, ya ni me digas que voy a llorar. Ya ni me digas que fue una ruptura muy dura. La verdad, una ruptura muy dura y muy complicada, y te digo, lamento mucho cómo se dieron las cosas públicamente y sí va a ser una Navidad difícil, diferente”.
Por otro lado, el galán de telenovelas desmintió que su separación de Baeva fuera un truco publicitario. “Créeme que no fue una cuestión publicitaria, creo que ambos sufrimos bastante. Cada quien está con su propia terapia, con su propio proceso, digamos así, pero sí evidentemente sí afecta. Es lo que a veces también la gente no llega a entender, que somos seres humanos. Y que todo el tema público y todo el tema personal que aparte tenemos que lidiar con eso, pues duele y sí necesitamos ayuda”, expresó.
Finalmente, Gabriel Soto se mostró dispuesto a continuar con el proceso legal contra el paparazzi que lo siguió hasta su domicilio durante las especulaciones sobre una presunta infidelidad con su colega y amiga, Cecilia Galliano. “Es un tema de seguridad, es un tema de invasión a la privacidad. Una cosa es que den la nota, una cosa es que nos saquen en un paparazzi en algún restaurante y otra cosa es que nos sigan hasta nuestra casa y vean cómo llegar. Es peligroso”, concluyó.