Al rendir su informe de labores como Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Jorge Pardo Rebolledo, junto con Alberto Pérez Dayán, Presidente de la Segunda Sala, expresó su preocupación por los desafíos que la Reforma Judicial traerá consigo, así como la incertidumbre que genera en el ámbito judicial.
—En este sentido, Pardo Rebolledo reconoció que no lograron advertir a la sociedad sobre los riesgos y costos que implica la implementación de esta reforma—. La cual marca el fin de una etapa en la justicia mexicana. En sus palabras:
“Preocupa profundamente que estos cambios destruyan los muchos aspectos positivos sobre los que se ha construido nuestra labor. Con honestidad, debemos reconocer que no logramos advertir a la sociedad sobre los riesgos y problemas inherentes a esta reforma. A pesar de nuestros esfuerzos, el mensaje no llegó oportunamente ni con la fuerza necesaria. El tiempo y la experiencia, por desgracia, tal vez con costo a la sociedad, serán testigos del profesionalismo de nuestras labores y las cualidades del sistema de justicia que está en su ocaso”.
Preocupación por Reforma Judicial y caminos inciertos de la democracia
Por su parte, Pérez Dayán expreso su confianza en que los cambios no terminen por ser solo un recuerdo de lo que se ha perdido. Además, también destacó que la democracia, aunque a veces, transita por caminos inciertos. Esta siempre se ha guiado por la vocación y lealtad a la Constitución, lo cual sigue siendo el fundamento del país:
“Nuestra democracia ha decidido, en ocasiones, caminar por rutas, a veces accidentadas y a veces inciertas, hoy estamos en una de ellas. Lo que nos ha rescatado y nos impulsa en estas circunstancias, es nuestra vocación y lealtad a la constitución, fundamento de nuestra nacionalidad y proyecto colectivo de una vida mejor. Deseo sinceramente que esto que viene no termine siendo simplemente un recuerdo de todo lo perdido”.
Jorge Pardo, al cierre de su intervención, hizo un llamado a quienes asumirán la responsabilidad de impartir justicia para que no se aparten de los principios de independencia, honradez y serenidad. Los cuales son esenciales para cumplir con dicho compromiso.