El Senado de la República aprobó en lo general la iniciativa enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum para prohibir la siembra de maíz transgénico en México.
Con 97 votos a favor de Morena, Partido del Trabajo (PT), Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC), y 16 votos en contra de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN), el pleno respaldó el dictamen sin cambios.
Esta reforma, que modifica los artículos 4 y 27 de la Constitución, —busca proteger los maíces nativos de la nación—. Al presentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Óscar Cantón Zetina, destacó la importancia de reconocer a México como el centro de origen y diversidad del maíz. Un alimento esencial que representa la identidad nacional y la base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos.
“La reforma favorece la seguridad alimentaria, defiende el derecho de las futuras generaciones de disfrutar y consumir maíz libre de alteraciones genéticas y evita que otros intereses ajenos a nuestra nación dicten las reglas de producción y distribución de este producto estratégico”, añadió Cantón Zetina.
Por su parte, Simey Olvera Bautista, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, Primera. A su vez, recordó que este dictamen reconoce al maíz nativo como parte del derecho humano a la alimentación y como un alimento básico sustancial. Motivo por el cual debe estar libre de modificaciones genéticas.
Senado aprueba en lo general Reforma sobre maíz transgénico ¿Qué establece el dictamen?
Asimismo, el dictamen establece que México es el centro de origen y diversidad del maíz. Un alimento, el cual es básico para los mexicanos y mexicanas, además fundamental para los pueblos indígenas y afromexicanos. Se plantea que su cultivo debe estar libre de modificaciones genéticas creadas mediante técnicas. Las cuales, pueden llegar a superar las barreras naturales de reproducción, como es el caso de los maíces transgénicos.
—De igual manera, el documento también precisa— que cualquier otro uso del maíz genéticamente modificado deberá ser evaluado. Según las disposiciones legales para garantizar que no represente una amenaza para la bioseguridad, la salud ni el patrimonio biocultural del país y su población. Además, se prioriza la protección de la biodiversidad, la soberanía alimentaria y un manejo agroecológico, promoviendo la investigación científica-humana y los conocimientos tradicionales.