Algo se está moviendo en Tamaulipas y no es casualidad: la confianza de las familias hacia la economía va en aumento. Durante mayo de 2025, la confianza del consumidor dio un brinco del 1.25 % en Tamaulipas. Así lo asegura la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) del INEGI. Aunque el informe no desglosa cifras por estado, las señales regionales apuntan a que en Tamaulipas hay una mejora palpable en cómo los hogares perciben su economía.
Este impulso no es aislado. En lo que va del año, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) nacional —del que Tamaulipas forma parte— ha venido en subida. Detrás de esto hay una razón clara: las familias ven con mejores ojos tanto la economía del país como la de su propia casa.
Un año que pinta para arriba
El 2025 le está sonriendo a la economía, no solo por el aumento de la confianza del consumidor en Tamaulipas. Las proyecciones apuntan a un crecimiento sólido. Con un PIB estatal que podría aumentar entre un 3.0 % y un 4.5 %, por encima del promedio nacional. Este buen paso viene de la mano de sectores clave como la industria manufacturera, el comercio internacional y nuevas inversiones estratégicas. Todo parece indicar que el dinamismo no se va a detener.
Tamaulipas, en la mira de inversionistas extranjeros
Los ojos del mundo están puestos en la frontera. En 2025, se espera que Tamaulipas capte más de 2,000 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED). La mayoría de estos recursos llegarán a la industria manufacturera. En especial a los clústeres automotriz, electrónico y metalmecánico. La estabilidad económica y los incentivos fiscales juegan a favor del estado, atrayendo capital que promete más empleo y desarrollo.
Más comercio, más carga, más futuro
El comercio exterior también va con viento a favor. Se proyecta que en este 2025, Tamaulipas supere los 40,000 millones de dólares en exportaciones. Además, los puertos de Altamira y Tampico moverán juntos más de 35 millones de toneladas de carga, principalmente hidrocarburos, petroquímicos y contenedores. Todo esto posiciona al estado como una de las piezas clave del comercio internacional mexicano.
Por Enrique Jonguitud Blanco