José Fernando apenas tiene unos años, pero ya carga con una rutina hospitalaria pesada. Desde hace siete días, permanece internado en el IMSS de Ciudad Madero, esperando una cirugía que no llega. El motivo del retraso no es menor. El hospital no cuenta con neurólogo ni cirujano disponibles para atenderlo. Su familia, angustiada, teme que la espera prolongada le cause un daño mayor.
El pequeño padece microencefalia. Además, tiene flemas constantes que le impiden alimentarse de forma normal. También se convulsiona con frecuencia. Así lo relató su abuela, Maritza Cruz. Ingresó con hemoglobina baja y tras una transfusión logró subir a 13. Les dijeron que con ese nivel ya estaba listo para la cirugía en el IMSS Ciudad Madero. Lo pusieron en ayuno desde entonces.
“Ya lleva tres días sin probar bocado”, comenta la señora Maritza, quien exige una respuesta clara y pronta del hospital. Asegura que el procedimiento iba a realizarse el viernes, pero el médico que lo anunció no volvió a aparecer para la cirugía en el IMSS Ciudad Madero. Y mientras esperan, el calor también les agobia. En el área donde se encuentra el niño, no sirve el aire acondicionado. Tuvieron que llevar un ventilador por su cuenta.
“No sabemos qué va a pasar. Nos dijeron una cosa y luego nada. No se presentó el doctor”, señala la abuela, con preocupación. La familia hace un llamado urgente a la dirección del hospital para que agilicen la intervención de la cirugía en el IMSS Ciudad Madero, antes de que sea demasiado tarde.
Por Rufino Aguilera