En una votación que reflejó la fuerte polarización política en Estados Unidos, la Cámara de Representantes —de mayoría republicana— aprobó este jueves un controvertido proyecto de ley para renombrar oficialmente el Golfo de México como “Golfo de América”.
La medida, impulsada por la representante Marjorie Taylor Greene, busca respaldar una orden ejecutiva firmada por Donald Trump el pasado 20 de enero, bajo su nueva presidencia. El proyecto fue aprobado por 211 votos a favor y 206 en contra, con casi todos los votos siguiendo líneas partidistas.
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El cambio de nombre fue originalmente decretado por Trump mediante una orden titulada “Restaurando Nombres que Honran la Grandeza Estadounidense”, la cual instruyó al Departamento del Interior a actualizar mapas, contratos y documentos oficiales para reflejar el nuevo término. También declaró el 9 de febrero como el “Día del Golfo de América”.
Durante el debate en el pleno, Virginia Foxx, representante republicana por Carolina del Norte, justificó la medida al afirmar:
“Esta legislación refleja el poder económico y comercial que ejercemos sobre el golfo, un recurso vital para nuestra nación”.
Greene, por su parte, elevó el tono al acusar a los demócratas de rechazar el proyecto por “tener vínculos con cárteles mexicanos”, lo que generó fuertes reacciones y críticas.
Desde la oposición, los demócratas consideraron la iniciativa como absurda y una pérdida de tiempo legislativo. El líder de la minoría, Hakeem Jeffries, la calificó de “tonta, mezquina y servil”, mientras que la representante Mary Gay Scanlon lamentó que el Congreso invierta recursos en propuestas simbólicas en lugar de atender las preocupaciones reales de la ciudadanía, como el alto costo de vida.
Solo un republicano, Don Bacon de Nebraska, rompió filas con su partido y votó en contra del proyecto.
¿Qué pasará ahora?
Aunque la Cámara aprobó la iniciativa, la mayoría demócrata del Senado ya expresó su oposición y mantiene incierto su futuro.
Además, el cambio de nombre no es vinculante a nivel internacional. Estados Unidos, México y Cuba comparten el Golfo de México, nombre que se le ha dado desde el siglo XVII. Expertos señalan que EE. UU. controla aproximadamente el 46 % del golfo, mientras que México reclama un 49 %.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum minimizó la medida, afirmando que el nombre seguirá siendo “Golfo de México” en el ámbito global. Incluso, en tono irónico, sugirió que “Estados Unidos podría llamarse América Mexicana si quieren jugar a eso”.
Reacciones en medios y plataformas
El cambio ya se refleja en algunas plataformas tecnológicas. Por ejemplo, Google Maps muestra “Golfo de América” para usuarios en EE. UU., mientras que en México mantiene el nombre original y en otros países aparece ambos términos. No obstante, medios como The Associated Press han anunciado que seguirán usando “Golfo de México”, lo que generó represalias del gobierno estadounidense, al restringir el acceso de sus reporteros a eventos oficiales, desatando críticas por un posible ataque a la libertad de prensa.
Un debate que va más allá de un nombre
Diversos países han interpretado esta medida como una acción nacionalista que podría aumentar las tensiones diplomáticas, especialmente con México y el Caribe. En el plano interno, ha reavivado el debate sobre el uso del Congreso para promover gestos simbólicos, mientras temas como el cambio climático o la economía siguen sin atención suficiente.