La elección de Robert Francis Prevost como nuevo líder de la Iglesia Católica, bajo el nombre de papa León XIV, marca un momento histórico. No solo por tratarse del primer pontífice nacido en Estados Unidos, sino por lo que podría representar su liderazgo para el rumbo de temas clave dentro del catolicismo, como los derechos de la comunidad LGBTQ+.
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Prevost, de 69 años, fue elegido tras dos días de deliberaciones en el cónclave. Fue el propio papa Francisco, su predecesor, quien lo había nombrado cardenal. Durante su papado, Francisco adoptó un enfoque pastoral hacia la comunidad LGBTQ+, alejándose de posturas tradicionalistas con frases como:
“Si alguien es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”
También condenó la criminalización de la homosexualidad y defendió que “ser gay no es un crimen”, posicionamientos que marcaron un giro en la narrativa del Vaticano.
¿León XIV continuará el legado inclusivo?
A diferencia de Francisco, las declaraciones públicas previas de León XIV reflejan una visión más conservadora. En 2012, en un discurso a obispos, Prevost advirtió sobre la simpatía hacia prácticas “en desacuerdo con el evangelio”, entre las que incluyó “el estilo de vida homosexual” y “familias alternativas formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos”, según reportó Newsweek.
También se manifestó en contra de la inclusión de contenidos sobre identidad de género en las escuelas peruanas, calificando las propuestas del gobierno como “confusas” y asegurando que “crean géneros que no existen”, de acuerdo con The New York Times.
Estas posturas han generado inquietud entre defensores de derechos humanos y colectivos LGBTQ+, quienes seguirán con atención los primeros gestos del nuevo papa.
Un perfil conservador
A pesar de su historial, algunos analistas consideran que León XIV podría tender puentes entre distintas corrientes dentro del Vaticano. El diario La Repubblica lo describe como un prelado “cosmopolita”, respetado por sectores conservadores y progresistas por igual. Esa capacidad de diálogo podría ser crucial en una Iglesia cada vez más tensionada por debates sobre moral sexual, participación de mujeres y reformas litúrgicas.
En su primer mensaje como pontífice, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV ofreció un llamado universal a la paz:
“Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo del Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también deseo que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, a toda la tierra: la paz sea con ustedes”.
El nuevo papa eligió el nombre León XIV, una elección que algunos interpretan como una referencia al estilo de gobierno firme de pontífices como León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum, reconocida por su contenido social.
El impacto de su nombramiento se ha hecho sentir también fuera del Vaticano. Desde Estados Unidos, el expresidente Donald Trump reaccionó en su red Truth Social:
“Qué gran honor para nuestro país. Espero con entusiasmo conocer al papa Leo XIV. Será un momento muy significativo”.
Con un pontificado que apenas comienza, los ojos del mundo están puestos en cuál será el tono que adopte León XIV. Diversas organizaciones y voces dentro de la Iglesia ya advierten que sus primeros pasos serán determinantes para saber si el camino iniciado por Francisco continúa o si la Iglesia vuelve a una línea más ortodoxa y conservadora.