Los obispos de México y de la frontera con Estados Unidos creen que ha llegado un momento clave. Confían en que con la llegada del Papa León XIV se pueda abrir una conversación más justa sobre migración en México, una que respete tanto las leyes como la dignidad de las personas.
El obispo de la Diócesis de Matamoros-Reynosa, Eugenio Lira Rugarcia, expresó que debe buscarse un equilibrio entre los derechos de los países a tener normas migratorias y el derecho humano a moverse libremente.
“A nosotros como pastores nos preocupan las medidas que se han tomado. ¿Por qué? Porque dejan en mucha indefensión a los migrantes. Es un estado de incertidumbre terrible y complican algunas cosas. Pero también entendemos que, claro, un gobierno tiene que poner leyes y normas”.
Aclaró que la Iglesia entiende que las autoridades tienen sus propias visiones, que muchas veces no coinciden con las de quienes acompañan de cerca a los migrantes. Sin embargo, considera urgente que se promueva una migración con rostro humano.
“Hay mucha gente buena que quiere migrar y que quiere mejorar su vida y la de su familia, que también quiere trabajar honestamente, que quiere contribuir y que está contribuyendo a bien de su comunidad”.
También reconoció que hay migrantes que no actúan bien, aunque subrayó que no representan a la mayoría. Por eso, dijo, es vital abrir espacios para el diálogo.
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Sobre el nuevo Papa León XIV, el obispo Lira Rugarcia expresó que su figura ha traído esperanza a quienes trabajan en el tema de migración en México.
“Para los que estamos en este tema migratorio, pues sí vimos como una luz de esperanza un Papa que es a la vez estadounidense y naturalizado peruano, que además, sus abuelos, no sus papás, sus abuelos eran migrantes de España, de Francia, de Italia. Entonces, él trae en su sangre también esa experiencia migrante”.
Confió en que esta experiencia del Pontífice le permita ser un buen puente entre gobiernos y pueblos, en busca de soluciones que beneficien tanto a los migrantes como a los países receptores.
Por Jorge Capetillo