La ansiedad dejó de ser un tema lejano para convertirse en una realidad preocupante entre adolescentes de Tampico. Así lo confirma el Centro de Integración Juvenil, al señalar que muchos jóvenes, entre los 15 y 18 años, están recurriendo a medicamentos controlados como método para lidiar con sus emociones.
Jorge Ávalos Castelán, director del centro, alertó que estas y estos jóvenes obtienen tranquilizantes sin ningún tipo de receta médica y los consumen por su cuenta. Con la intención de “bajarle dos rayitas” al estrés y la presión. Las causas detrás de esta ola de ansiedad son diversas. Tareas escolares, conflictos en casa, y sobre todo, la sensación de no tener a nadie que los escuche.
“Vemos a muchos jóvenes que buscan juntarse, unirse, hacer amistad a través de redes sociales que con su propia familia, los tranquilizantes como el Diazepam que son más viables de poder adquirir, los mantiene alejados de su realidad y por ello caen en la adquisición e ingesta de este fármaco”.
Este tipo de fármacos, como el diazepam, los consiguen con facilidad en redes sociales, aunque están prohibidos sin receta. Ávalos Castelán advirtió que no solo se trata del consumo, sino de los efectos que generan: cansancio extremo, irritabilidad o incluso agresividad.
“Hay jóvenes que duermen demasiado o están cansados en exceso o fácilmente pierden el control o son irritables, son fáciles de identificar porque tienen problemas en la escuela, son protagonistas en conflictos físico, peleas o riñas.”
Y lo más alarmante, es que esa “red oscura” que ofrece estas pastillas está al alcance de cualquier adolescentes con ansiedad en Tampico, desde su celular. El director hizo un llamado urgente a madres y padres. Poner atención, identificar señales y sobre todo, acompañar a sus hijas e hijos cuando más lo necesitan. Detectar la ansiedad a tiempo puede hacer la diferencia entre una crisis silenciosa y un proceso de recuperación acompañado.
Por Rufino Aguilera