Ciudad de México/ Redacción.-
Al igual que Michael Schumacher lo hizo hace dos décadas con Ferrari, Max Verstappen se ha convertido en la fuerza dominante de la Fórmula 1 al asegurar su tercer título consecutivo para Red Bull en la temporada 2023.
Los paralelismos entre él y Schumacher son innegables, incluido el vínculo familiar entre los dos bandos, ya que Verstappen se refirió una vez a Schumacher como un “tío” y compitió como contemporáneo de Mick Schumacher, el hijo del siete veces campeón mundial.
Aunque la carrera de Verstappen está lejos de su conclusión, con tres títulos mundiales ya ha establecido su propio estatus similar al de Schumacher.
Ambos pilotos han acumulado una gran cantidad de seguidores gracias a su éxito y la forma en que lo han logrado.
Sin embargo, el año 2026 podría ser crucial en la historia de Verstappen, ya que se espera un reajuste de las normas de diseño de los coches de F1, con cambios significativos en las piezas aerodinámicas móviles y los motores, lo que podría ofrecer nuevas oportunidades y desafíos para Red Bull.
Dado el reciente desacuerdo en torno a las reglas de chasis y unidades de potencia para 2026, con comentarios de Christian Horner, jefe del equipo de Red Bull, sobre evitar un “Frankenstein técnico”, es posible que la escudería dominante de esta era esté sintiendo la presión de sus rivales en este punto medio de su dominio.