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El cónclave volvió a mirar hacia América. Este 8 de mayo, Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido como sucesor del papa Francisco, convirtiéndose en el primer pontífice estadounidense y peruano en la historia de la Iglesia Católica.
Con el nombre de León XIV, se convierte en el 267° papa en llegar al trono de San Pedro. Lo hace en un momento en que la Iglesia enfrenta divisiones internas y el mundo vive fuertes tensiones. Vestido de blanco y con estola morada, sus primeras palabras estuvieron dedicadas a pedir paz y a agradecer a su antecesor.
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Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo papa habló en español y dirigió un mensaje especial a quienes lo conocen bien:
“Un pueblo fiel [que] ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”, dijo, al referirse a su querida diócesis de Chiclayo, en Perú.
¿Vendrá el nuevo papa a México?
Por ahora, una visita a México no está en su agenda inmediata. En sus primeros días como pontífice, León XIV celebrará una misa con los cardenales este viernes 9 de mayo en la Capilla Sixtina. Luego, el domingo 11, rezará el Regina Coeli desde la logia central del Vaticano, y el lunes 12, se reunirá con periodistas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
¿Cuándo visitaron México los papas anteriores?
- Francisco visitó México del 12 al 17 de febrero de 2016, casi tres años después de ser elegido. Fue recibido por el entonces presidente Enrique Peña Nieto y visitó la Basílica de Guadalupe, Ecatepec, San Cristóbal de las Casas, Morelia y Ciudad Juárez.
- Benedicto XVI hizo su única visita del 23 al 26 de marzo de 2012, casi siete años después de su nombramiento.
- En cambio, Juan Pablo II llegó a México menos de cuatro meses después de haber sido elegido, en su primer viaje apostólico. Del 26 de enero al 1 de febrero de 1979, visitó Ciudad de México, Puebla, Oaxaca, Guadalajara y Monterrey. En total, realizaría cinco visitas al país durante su pontificado.
León XIV comienza así un papado cargado de expectativa, con una Iglesia que mira de nuevo hacia América Latina y una comunidad católica que observa cada paso del nuevo pontífice con atención.
