En Vox Populi son muchas las noticias que hemos publicado a lo largo de los años sobre el acoso escolar. Desde este medio tratamos de concienciar sobre la importancia que adquiere detectarlo precozmente con tal de evitar males mayores, desde fobia social y trastorno de personalidad por evitación hasta depresiones agudas.
Por este motivo, en caso de que tengas la más mínima sospecha de que tu propio hijo está sufriendo bullying, conviene actuar cuanto antes. Para tal fin es esencial llevar a cabo las acciones que describiremos en próximas líneas.
Hackear WhatsApp para ver qué mensajes recibe
Debido al auge de las redes sociales y los smartphones en México, un gran porcentaje del acoso escolar tiene lugar a través de dichos entornos virtuales. Una de las aplicaciones que más utilizan los infantes para intercambiar mensajes es WhatsApp. Así pues, probablemente el bullying se esté produciendo por esta vía. Compruébalo con una acción que actualmente es muy sencilla: hackear whatsapp.
En efecto, en años anteriores el hackeo en general resultaba un procedimiento complicado, requiriendo avanzados conocimientos de informática para poder efectuarlo. Sin embargo, la proliferación de sistemas para el espionaje cibernético ha dado pie a que hoy en día sea coser y cantar.
De hecho, el primer paso consiste simplemente en introducir el número telefónico asociado al celular que pretende ser espiado. A diferencia de otros métodos hace gala de una ventaja de suma importancia: la persona cuyo WhatsApp es vigilado no se da cuenta de que dicha app de comunicación ha sido intervenida.
Es decir, continúa desarrollando la actividad habitual sin saber que alguien, en este caso su papá, permanece observando todas y cada una de las conversaciones que tienen lugar. Pero no solo nos referimos a los mensajes, sino también a cada fichero intercambiado.
Las fotografías son un mal endémico en lo que hace referencia al acoso escolar. Diariamente se utilizan por parte de estudiantes con el objetivo de minar la moral de otros compañeros. Por este factor resulta esencial que el espionaje de WhatsApp también abarque ficheros multimedia, incluyendo adicionalmente los vídeos.
Espiándole el WhatsApp saldrás de dudas. Si recibe mensajes amenazantes, insultos, contenidos burlescos y similares, estarás ante un claro caso de acoso escolar.
Mantener una charla con el pequeñín
Tras comprobar que, efectivamente, el bullying ha pasado a formar parte de tu querido hijo, llega el momento de realizar una de las acciones más complicadas: hablar con él. ¿Por qué decimos que es difícil? Básicamente a causa de que, en edades tempranas, las mentes no se muestran demasiado predispuestas a hablar sobre este tipo de problemas.
De hecho, es muy habitual que niños y niñas de todas las edades se cierren en banda, guardándose todo lo negativo para ellos mismos sin exteriorizar emociones. No debes permitirlo, puesto que en tal caso tarde o temprano los efectos del acoso escolar acabarían haciendo más mella si cabe a nivel mental y físico.
Fomenta una atmósfera de confianza, complicidad y empatía. Solo así conseguirás que el pequeñín vaya abriéndose poco a poco y admita estar sufriendo un problema en la escuela. Cuando llegue el momento, ambos habréis dado un paso fundamental para poner fin a la adversidad. Aunque no todo estará hecho, puesto que tocará atajarlo de raíz.
En este sentido es importante conseguir que tu hijo se libere de culpa. Es muy frecuente que los niños acosados escolarmente crean ser merecedores de las burlas, los insultos y otras vejaciones recibidas debido a varios motivos: no estar en la misma línea en comparación con los demás, padecer algún tipo de defecto físico, etcétera.
El trabajo psicológico será de gran ayuda para alejar cualquier sentimiento de culpa. En caso de que no te veas capaz, precisamente será recomendable acudir a un profesional de la psicología infantil. Tras darse cuenta de que el problema no está en él, sino en los demás, podrás realizar el último paso.
Poner en alerta al centro escolar
Un error que cometen algunos padres mexicanos consiste en ir a hablar directamente con los padres de aquellos niños que están mermando la calidad de vida de sus respectivos hijos. Sin embargo, es un enfoque que puede llegar a ser contraproducente. Lo mejor es comunicárselo directamente al centro.
Por desgracia, la incredulidad acostumbra a apoderarse de profesores y directores, sobre todo si el bullying es practicado por alumnos que reflejan una imagen de buenos estudiantes. En tal caso puedes optar por mostrar en persona los contenidos del WhatsApp previamente hackeado.
Cuando el profesional de la docencia vea que hay un problema de acoso escolar, procederá a activar los correspondientes protocolos. Tomarse la justicia por tu mano no es una solución, puesto que terminaría agravando el problema surgido. En cualquier caso, es de vital importancia contar con pruebas extraídas espiando tanto WhatsApp como cualquier otra red social susceptible de ser utilizada para acosar escolarmente.