El 8 de julio de 2000, en la cochera de la parroquia de San Martín de Porres, comenzó una misión que cambiaría la vida de muchas familias en Nuevo Laredo. Así nacía el Banco de Alimentos de Cáritas, una iniciativa que este año celebra 24 años de brindar esperanza y sustento a quienes más lo necesitan.
La celebración del aniversario se llevó a cabo con una emotiva misa de acción de gracias en la parroquia de San Antonio María Claret. En este evento participaron consejeros del patronato de Cáritas y empleados de diversas áreas, quienes se unieron para conmemorar más de dos décadas de trabajo altruista y dedicación. El presbítero Rogelio Lozano Alcorta, presidente del patronato, expresó su profundo agradecimiento hacia todos aquellos que han colaborado para que miles de familias puedan tener comida en sus mesas día tras día.
El padre Lozano Alcorta recordó con emoción cómo, bajo la guía del entonces obispo Ricardo Watty Urquidi, se dio inicio a este proyecto. Aquel 8 de julio de 2000, en un sencillo espacio de la parroquia de San Martín de Porres, se inició lo que hoy es una organización vital para la comunidad. Inicialmente, el apoyo de HEB fue fundamental. Proporcionaron los recursos necesarios —como alimentos, un camión y un refrigerador— elementos clave que permitieron al banco arrancar sus operaciones.
Crecimiento del Banco de Alimentos de Cáritas
Desde aquellos humildes comienzos, el Banco de Alimentos ha crecido exponencialmente. “Comenzamos con apenas 100 o 200 beneficiarios; hoy, gracias a Dios, servimos a más de 7 mil personas cada semana”, comentó el presbítero. Este crecimiento no solo refleja la necesidad existente, sino también la generosidad de la comunidad y la eficacia del banco en su misión.
El Banco de Alimentos se ha convertido en un símbolo de esperanza para muchos. “Hemos sido la mano generosa que se extiende a quienes más lo necesitan, compartiendo lo que Dios nos ha dado”, añadió el padre Lozano Alcorta. Su agradecimiento se extiende tanto a las familias beneficiadas como a los consejeros y donantes que han confiado en esta institución.
El padre rememoró los tiempos en los que eran una organización desconocida y cómo, con esfuerzo y la gracia de Dios, han logrado convertirse en una institución respetada y confiable. “Hemos crecido y progresado, y hoy somos una entidad sólida, confiable y, sobre todo, dedicada al servicio de nuestros hermanos más necesitados”, afirmó.
Para finalizar, el padre expresó su deseo de que el Banco de Alimentos continúe su labor por muchos años más. “Agradecemos de todo corazón a nuestro personal y especialmente a aquellas personas que nos abren las puertas de sus hogares”, dijo con emoción. “Esperamos que esta misión siga adelante por mucho tiempo más, llevando alivio y apoyo a quienes más lo requieren”, concluyó.
La celebración de este 24 aniversario renueva el compromiso de todos sus miembros para seguir luchando contra el hambre y la pobreza en Nuevo Laredo. Con la misma pasión y dedicación que les inspiró aquel 8 de julio de 2000.