Si vas rumbo a Matamoros o piensas circular por la carretera Victoria-Matamoros, mejor ármate de paciencia. Desde hace semanas, conductores de tráileres, autobuses y carros particulares se topan con largas filas en el punto de revisión militar conocido como “La Coma”, en el municipio de Cruillas.
Y no hablamos de una espera de unos cuantos minutos. La cosa se ha puesto seria: las inspecciones tan minuciosas que realizan las autoridades han provocado colas de hasta 5 kilómetros, complicando el traslado de pasajeros y retrasando mercancías.
Aunque hay días en que el tránsito fluye más o menos normal, hay otros donde el tráfico simplemente se atora feo, y moverse se convierte en una misión imposible. Esta situación ya trae molestos a los transportistas, quienes exigen que se ponga solución pronto en la carretera Victoria-Matamoros.
Según la Guardia Estatal, estas revisiones buscan reforzar la seguridad y frenar el tráfico de mercancías ilegales. Pero en los últimos días los controles se han puesto tan estrictos que los tráileres apenas avanzan, ocupando por completo el carril derecho.
Automovilistas que cruzan por ahí reportan que las filas alcanzan hasta el kilómetro 312, empeorando todavía más el caos vial. Entre los más afectados están los transportistas, que ven cómo los retrasos les pegan directo en el bolsillo.
“Estamos varados horas, perdiendo dinero y con clientes que no entienden por qué no llegamos a tiempo”, expresó Javier Salazar, conductor de un tráiler de carga.
Frente a este problema, la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR) ya alzó la voz. Piden que se agilicen las inspecciones sin poner en riesgo la seguridad, proponiendo más personal, uso de tecnología para hacer revisiones rápidas y hasta abrir carriles exclusivos para tráileres. Por lo pronto, mientras no haya cambios, el embotellamiento en “La Coma” sigue siendo el pan de cada día para quienes cruzan por esa ruta.
Por Enrique Jonguitud Blanco